jueves, 13 de octubre de 2011

Su nombre era el de todas las mujeres


Tengo mi copia del nuevo disco del Loco desde el jueves pasado. Oí que, como es costumbre en él desde hace algunos años, venía a la Fnac de Madrid a presentarlo y allí me plante. Además, para mi sorpresa, esta vez no vino solo. Luis Alberto de Cuenca se había apuntado al compromiso y fue un placer saludarlos a ambos.

El Loco estuvo agradable (inevitable si lo que buscas es promocionar tu álbum), pero algo seco y parco de palabras, como suele ser en él habitual. A Luis Alberto, por el contrario, lo vi relajado, hablador y encantado de estar allí (entiendo que para él no deja de ser una experiencia nueva). Ambos me dedicaron el disco y luego nos hicimos la foto de rigor para la colección. Pude además saludar y charlar un momento con Jordi Bou, fiel acompañante del Loco y un tipo estupendo donde los haya.

Respecto al disco, lo primero que llama la atención es el formato elegido. Un precioso y cuidado libro-disco (fantástico el prólogo de Pérez-Reverte), en el que cada poema viene acompañado en la hoja de al lado por un cuadro pintado para la ocasión…chapeau!!! Y sobre la música, os diré que llevo ya un buen puñado de escuchas, pero aún no tengo una opinión completamente formada. Creo que es de esos trabajos que ganan en matices cada vez que los oyes y que mejoran con el paso del tiempo (a “Balmoral” también le ocurre, por poner otro ejemplo).


Está claro que no es un disco de rock&roll, ni de rock a secas, si se me permite decirlo así. Es una obra de sabor melancólico, donde abundan los medios tiempos y predominan las guitarras acústicas sobre las eléctricas. Por supuesto, no quiero que esto suene a mala crítica, sino todo lo contrario. Las letras son magníficas, como por otra parte, cabía esperar. Y tengo la sensación de que no ha debido ser nada fácil encontrar la música para cada poema y empastarla adecuadamente. Los versos seleccionados no tienen una métrica fácil y eso complica mucho las cosas. De ahí que el mérito sea aún mayor.


El tema elegido como single (“Political Incorrectness”) es quizás el más vivo, el más pegadizo, que no el mejor, al menos en mi modesta opinión. Ese honor se lo reservo a la canción central del disco (“El Encuentro”), un in crescendo de corte épico, en donde música y letra alcanzan se funden perfectamente, llegando a crear un momento mágico.

Del resto, destacaría quizás “A Alicia, disfrazada de Leia Organa” (preciosos los doblajes de voz), “Nuestra vecina” (esa sí es una letra políticamente incorrecta!!!), “La tempestad” (el tema más corto y extraño del álbum y, a la vez, el más original) o la canción que cierra el disco y le da nombre (“fuiste tan imbécil que por ella dejaste a la que amabas y vendiste tu alma en los bazares de la noche”).


En definitiva, un disco tranquilo y de fácil escucha, pero al mismo tiempo, tremendamente complejo en matices, que nos vuelve a demostrar que hay pocos tipos en el mundo de la música en España que se pueden permitir hacer lo que les da la gana cuando les da la gana, y uno de ellos es Loquillo.

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